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El arqueólogo británico Charles Warren (1867-1870)

Sir Charles Warren nació en 1840 en Bangor, Gales, y fue arqueólogo, oficial del Cuerpo Británico de Ingenieros y más tarde general del ejército británico, con el que participó en batallas en África y Asia.

 

El General Sir Charles Warren.

En 1867 se dirigió a Jerusalén como miembro de la Palestine Exploration Fund y llevó a cabo una serie de excavaciones que duraron hasta 1870. Entre sus hallazgos se incluyen una red de galerías que se extiende bajo la Cúpula de la Roca, así como un sistema subterráneo de abastecimiento de agua que hoy lleva su nombre (Warren Shaft). Además, completó un detallado mapa topográfico de la ciudad antigua de Jerusalén.

Una parte de los resultados de sus excavaciones fue publicada en su obra Underground Jerusalem (Jerusalén Subterránea), editada en 1876 en Londres. En un capítulo del libro titulado “Holy Fire” (“Fuego Santo”), Warren recoge todo cuanto sabe sobre el milagro del Sábado Santo, al que se dedicó especialmente. Ya desde el primer párrafo del capítulo plantea una pregunta crucial: “¿Qué es este Fuego?” Y se apresura a responder inmediatamente:

“¿Qué es este Fuego que la víspera de Pascua enciende todas las lámparas del Santo Sepulcro?... De lo que no cabe ninguna duda es de que un milagro está presente en la ceremonia”.1

 

El arqueólogo británico fue testigo presencial de la ceremonia los cuatro años que permaneció en Jerusalén, y de acuerdo con su apreciación no existe duda alguna de que se trata de un milagro. La primera ceremonia a la que asistió fue la del Sábado Santo de 1867. Al año siguiente, gracias a la mediación del conocido arqueólogo francés Charles Clermont-Ganneau,Warren se procura un puesto en uno de los palcos elevados de la Galería de los Latinos, desde el cual tiene una vista sin obstáculos del Santo Sepulcro. Desde esta privilegiada y aventajada posición refiere lo siguiente:

 

“Había visto el milagro del Fuego Santo en una ceremonia anterior, pero ahora iba a tener una visión más completa, gracias a la mediación deM. Ganneau, que me procuró un puesto en la Galería de los Latinos, en la parte norte, que tiene vista desde lo alto sobre el Santo Sepulcro... Por fin hay una sensación de que el Fuego está al llegar, multitud de antorchas se expanden por delante, se ve un destello en la abertura (de la cúpula) y la antorcha se enciende… En tan sólo un momento, como por arte de magia, el Fuego se extiende por sí solo en todas las direcciones”.2

 

Warren, aunque miembro de la Iglesia Anglicana, no duda en reconocer la autenticidad del milagro. Se muestra extasiado por lo que está viviendo y es el cuarto testigo presencial que describe el descenso del Fuego Santo como un destello que baja desde las alturas. Como menciona, el destello apareció en la cúpula, que en aquella época tenía todavía una pequeña abertura hacia el cielo.

Habla, además, de una antorcha que prende al mismo tiempo que aparece el destello e inmediatamente después describe como el Fuego Sagrado se propaga prodigiosamente por el interior del templo. No menciona la transmisión de la llama de cirio a cirio que requiere bastante tiempo, sino que describe una difusión sobrenatural, realizada por el propio Fuego Santo que, “en tan sólo un momento, como por arte de magia”, inundó todo el recinto de la Iglesia de la Resurrección, ¡en todas las direcciones al mismo tiempo!

La descripción del arqueólogo británico es especialmente reveladora y coincide con los testimonios de siglos anteriores. Pero aparte de su referencia personal, en el mismo capítulo del libro se recogen dos importantísimos testimonios más: el del Obispo chipriota Meletio y el del Patriarca Cirilo II, que presidieron la ceremonia los dos primeros años en los que participó Warren (1867 y 1868 respectivamente).

El arqueólogo británico, impresionado por lo que vivió durante la ceremonia, quiso investigar más el milagroso suceso y saber qué era lo que sucedía exactamente en el interior del Sepulcro en el momento en que aparecía el Fuego Santo. Las únicas personas que podían responder a sus preguntas eran los dos prelados griegos anteriormente mencionados. Por ello, habiéndose encontrado con ellos en distintos momentos, pidió que le describieran sus vivencias del interior del Sepulcro. Analicemos qué es lo que le dieron a conocer exactamente.

 

 

Referencias:

1. «What is that fire which on Easter-eve lights up the lamps in the Holy Sepulchre?... That a miracle attends the ceremony, there cannot be a doubt» (C.Warren, Underground Jerusalem, Londres, 1976, p. 425).

2. «I had seen the miracle of the Holy Fire on a former occasion, but now I was to have a more complete view, through the influence of M. Ganneau, who had procured me a place in the Latin Gallery, to the north, and overlooking the Holy Sepulchre…At last there is a feeling that the fire is at hand, masses of tow are thrust forward, a flash at the opening is seen, the tow is lighted… In a moment, as though by magic, the fire extends itself in all directions» (Warren, op. cit., pp. 430, 435).

 
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